Livestock Research for Rural Development 6 (2) 1994

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Evaluación de un alimento seco basado en miel "B" de caña de azucar para gallinas ponedoras

Juana R Rodríguez*, Vilda Figueroa**, Ma Eugenia Velasco* y Rosa Ma Martínez**

* Instituto de Investigaciones Avícolas, Ave. 7 Diciembre, Cacahual, C. Habana, Cuba.

** Instituto de Investigaciones Porcinas, Carretera del Guatao km 1, Punta Brava, Ciudad de la Habana, Cuba.

Summary

Two trials were made to evaluate 40 % of inclusion of a dry feed based on "B" molasses and different sun-dried foliages and plant residues in laying hens. The first trial was carried out on-station using Jerusalem artichoke (Helianthus tuberosa), aerial part of banana and sugar cane tops as foliages. For the second trial, performed in family backyard condition, filter cake mud from sugar cane industry or residues of common beans after grain separation were used as substrate for drying the "B" molasses. In both cases an industrial concentrate feed served as control. In the on-station experiment, 4.88 eggs/hen/week were obtained for the control feed and 3.48, 4.17 and 3.80 when the dry feed based on "B" molasses was prepared from the foliages: Jerusalem artichoke, sugar cane tops and banana foliage, respectively. The treatments of Jerusalem artichoke and banana foliage differed from the control and sugar cane tops (P<0.05). The reduction in the rate of lay was directly related with the degree of energy dilution of the diets containing "B" molasses. The conversion rates of conventional feeds included in the ration were 1.47, 1.19, 1.08 and 1.21 respectively, so it was 21 % of improvement in efficiency that represented 31 kg of conventional feeds substituted per 1000 eggs produced. In the second trial, levels of 80, 69 and 65% of laying rate were achieved for the control, common beans residues and sugar cane mud, respectively. Conversion of conventional feeds included in the diet were 1.29, 0.99 and 1.05 respectively. The benefits from the utilization of the dry feed based on "B" molasses for laying hens in small and medium scale production are discussed.

KEY WORDS: Laying hens, sugar cane "B"" molasses, dry molasses meals, sun-dried foliages, plant residues.

Resumen

Se realizaron dos pruebas en gallinas ponedoras para evaluar el 40 % de inclusión de un alimento seco preparado a partir de miel "B" de caña y diferentes follajes o residuos de plantas. La primera prueba se realizó en condiciones experimentales a partir de harinas de follaje de topinambur (Heliantus tuberosa), hojas de plátano y cogollo de caña. Para la segunda prueba efectuada en condiciones de cría familiar de traspatio se usó harina de residuos de frijol común después de separado el grano o cachaza de caña como sustratos para secar la miel "B". En ambos casos un pienso industrial sirvió de control. En condiciones experimentales se obtuvo 4,88 huevos/ave/ semana para el pienso control y 3,48; 4,17 y 3,80 cuando el alimento seco de miel "B" fue preparado con follajes de topinambur, cogollo de caña y plátano respectivamente. Los tratamientos con topinambur y plátano difieren del control y del tratamiento de cogollo de caña en P<0,05. La disminución de la postura se correspondió con la menor concentración energética de las dietas que contenían mieles de caña. La conversión de las materias primas convencionales utilizadas fue de 1,47; 1,19; 1,08 y 1,21 para los tratamientos ensayados respectivamente. Hubo una mejora de 21 % como promedio en este indicador, que pudiera representar la sustitución de 31 kg de materias primas convencionales por cada 1000 huevos producidos. En el segundo experimento se obtuvo un nivel de postura de 80, 69,1 y 65,5 % para los tratamientos control, residuos de frijol y cachaza de caña con 1,29; 0,99 y 1,05 de conversión sobre materias primas convencionales respectivamente. Se analiza la conveniencia de desarrollar este tipo de alimento para la mediana y pequeña producción.

PALABRAS CLAVES: gallinas ponedoras, Miel "B" de caña, harina de miel, follajes secados al sol, residuos de plantas tropicales.

Introducción

La alimentación de las aves en los países en vía de desarrollo requiere de una urgente reorientación hacia el empleo de fuentes alternativas que disminuyen la importación de granos y cereales, cuyo elevado costo en divisas hace insostenible su adquisición bajo las circunstancias económicas prevalecientes.

El empleo de subproductos y derivados de la industria azucarera en la alimentación de las aves ha sido tema de estudio de numerosos investigadores, destacándose el trabajo sobre las mieles de caña (Pérez 1970; Velasco et al 1980; Valdivié y Fraga 1988; Valdivié 1990). Pero su empleo práctico ha estado limitado por la consistencia viscosa y el contenido de humedad que imposibilita el uso industrial en niveles superiores al 10-15 % de inclusión en los piensos, aunque fisiológicamente el ave puede aceptar niveles muy superiores (Velasco et al 1980; Camps y Rodríguez 1985). Por otro lado, intentos de preparar productos deshidratados no han tenido éxito (Taboada et al 1986; González 1979).

Recientemente, Figueroa y Rodríguez (1994) describieron un método para preparar mezclas de Miel "B" y fibras vegetales (llamadas harinas de miel o melharinas) secadas al sol en plato de secado, con una textura y concentración de materia seca que permite su mezclaje en piensos secos, así como su distribución y conservación.

El objetivo del presente trabajo fue evaluar de forma preliminar, el comportamiento de gallinas ponedoras que recibieron dietas con inclusión del 40 % de algunas de estas mezclas en condiciones de estación experimental y de traspatio.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se efectuaron simultáneamente dos trabajos, uno realizado en una estación experimental y otro en traspatio a fin de evaluar las harinas de miel elaboradas según Figueroa y Rodríguez (1994). Se utilizaron Miel "B" y fibras vegetales obtenidas del follaje del topinambur (Helianthus tuberosa), cogollo de caña de azúcar y hojas de plátano en la prueba realizada a nivel experimental (Experimento 1) y a partir del follaje y vainas de frijol común, después de separado el grano, y cachaza de caña en el trabajo realizado en condiciones de traspatio (Experimento 2). En ambos casos un pienso industrial sirvió de testigo. El agua y el alimento se ofrecieron a voluntad. Las gallinas fueron alojadas en jaulas a razón de 420 cm2 por ave.

 

Estación traspatio

Table 1: Composición de las dietas experimentales (% base húmeda)
    Estación     Traspatio  
    Topi- Cogollo Residuo Cachaza
  Testigo nambur de caña Plátano frijol de caña
Maíz 61.28 20.12 16.86 20.23 18.38 27.31
Aceite vegetal 1.00          
Salvado Trigo 0.43 10.00 10.00   10.00 1.92
Melharina*   40.00 40.00 40.00 40.00 40.00
H. Soya 25.34 17.49 20.89 27.40 22.01 20.70
Fosfato Dicálcico 2.25 1.21 1.14 1.32 1.22 1.33
Carbonato Calcio 8.30 9.69 9.65 9.60 6.93 7.27
Sal común 0.30 0.30 0.30 0.30 0.30 0.30
dl-Metionina 0.11 0.19 0.16 0.15 0.16 0.17
Premezcla min/vit. 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00
             
Análisis            
Calculado (%)            
Proteína Bruta 16.00 14.50 14.60 16.20 14.50 14.50
Fibra Bruta 3.33 6.00 7.40 6.80 9.90 5.40
EM (kcal/kg) 2750 2377 2373 2413 2256 2400
Calcio 3.80 4.00 4.00 4.00 3.50 3.50
Fósforo (a) 0.50 0.35 0.35 0.35 0.40 0.40
Met+Cistina 0.64 0.50 0.51 0.53 0.60 0.60
             
*Compuesta de:            
Miel B, % MS   24.00 27.20 28.00 22.40 22.80
Fibra Veg., % MS   16.00 12.80 12.00 17.60 17.20

 

En el Experimento 1, se trabajó con 9 réplicas de 4 aves por tratamiento y en el Experimento 2 con 6 réplicas. Se midió el consumo semanal y acumulado, así como la postura diariamente. Las aves recibieron una semana de adaptación a los tratamientos experimentales y posteriormente se comenzó a controlar los indicadores durante 5 semanas. Se utilizó un diseño completamente aleatorizado y los datos fueron sometidos al análisis de varianza. Las medias fueron contrastadas por el método de Duncan (1955).

En el Experimento 2 no fue factible el análisis estadístico de los datos, por cuanto se utilizaron 6 familias diferentes para ubicar las repeticiones experimentales. Previamente se realizó una prueba entre estos criadores durante 5 semanas con el tratamiento testigo para observar la variabilidad de los datos y comprobar su confiabilidad.

Las dietas experimentales se muestran en la Tabla 1. Como puede observarse los tratamientos con harinas de miel no fueron balanceados, dejándose fluctuar hasta el nivel de proteína bruta y energía metabolizable que alcanzaran.

Resultados y discusión

En la Tabla 2 se muestran los resultados obtenidos con las aves en la estación experimental. Como puede apreciarse, el tratamiento que incluía 40% de la harina de miel elaborada con cogollo de caña, no difirió del control en huevos por ave totales y aptos para el consumo, mientras que el resto de los tratamientos difieren a P<0.05. Esta tendencia a bajar el nivel de puesta en las dietas con harina de miel, se explica por la baja densidad energética de éstas, que fluctuaron de 2.37 a 2.41 Mcal/kg en comparación con el testigo que alcanzó 2.75. El consumo acumulado en los tratamientos de harina de miel elaborada con cogollo y con hojas de plátano se incrementó en un 6.8 y 8.3 % respectivamente, por encima del tratamiento con follaje de topinambur y del testigo. Pero en ninguno de los tratamientos experimentales, el consumo energético revasó el mínimo recomendado de 270 kilocalorías/ave/día.

Dietas bajas en energía, diluidas con altos niveles de fibra, pueden no obstante, ser utilizadas eficientemente bajo ciertas condiciones. Longe (1984) al usar alimentos altos en fibra plantea que un nivel de 2.4 Mcal/kg puede ser adecuado en regiones tropicales. Alimentos con niveles tan bajos como 2.1-2.3 Mcal/kg pueden ser usados en el trópico para valorizar el empleo de subproductos fibrosos, granulando el alimento (Picard et al 1993) o suplementando con un nivel mínimo de aceite. La adición de grasa, aún sin modificar el aporte de EM, se traduce en un incremento de la ingestión energética y de la producción (Ramlah y Sarinah 1992) y este efecto puede ser obtenido independientemente de la concentración del alimento ya que se debe a la menor producción de calor metabólico que originan las grasas. Así por ejemplo, Velasco et al (1980) empleando 20 % de miel final de caña, suplementada con grasa en dietas isoenergéticas, tuvieron iguales resultados que en el testigo de maíz. Una solución aceptable en países productores de caña, sería suplementar estas dietas con 3-4 % de aceite de cachaza, subproducto de la industria azucarera, que se obtiene durante el proceso de refinado de la cera bruta, y cuyos efectos favorables en la alimentación de las aves han sido demostrados (Rodríguez 1983) o con aceite de palma africana en otros países donde se ha establecido este cultivo.

Tabla 2: Comportamiento de gallinas alimentadas con harina de miel "B" elaborada a partir de diferentes fibras vegetales
  Topi Cogollo    
Testigo nambur de caña Plátano ES-Sig
Huevos/ave/semana 4.88a 3.48b 4.17ab 3.80b 0.27**
Consumo en 5 semanas        
Acumulado (kg/ave) 3.506b 3.457b 3.762a 3.796a 0.07**
Consumo pienso 3.506 2.074 2.257 2.278  
Consumo Melharina 1.383 1.505 1.518  
Conversión total 1.47c 2.12a 1.88ab 2.08ab 0.01**
Convers. Mat. Primas        
Convencionales 1.47 1.19 1.08 1.21  
Disminución de la puesta,% 28.68 14.50 22.30  
Energía consumida        
(kcal/ave/día) 275 235 255 262  
(kcal/huevo) 394 471 432 482  
Proteína consumida        
(g/ave/día) 16.00 14.00 15.70 17.60  
(g/huevo) 23.00 28.00 26.00 32.00  

 

Cuando se incluyen altos niveles de harina de follajes en el alimento, se produce normalmente una disminución del consumo, que se ha atribuido a una menor palatabilidad (Jonsson y Mc Nab 1983) o al efecto del incremento en el volumen por el exceso de fibra (Rodríguez 1985). En el presente experimento, la inclusión de fibra en combinación con la miel "B" hizo que, en lugar de disminuir, logró incrementarse el consumo en los tratamientos experimentales salvo en el que incluía follaje de topinambur.

La conversión total no difirió entre los tratamientos experimentales pero sí entre estos y el testigo (P<0.01) a favor de este último. Pero cuando se analiza la conversión de materias primas convencionales, rebajando el 40 % correspondiente a la melharina, se observa que hay como promedio un 21 % de mejora en este indicador, lo que equivaldría a una disminución de 31 kg de estas materias primas por cada mil huevos producidos.

No hubo relación entre el nivel de consumo de proteína y la postura, lo que concuerda con Lesson y Summer (1992) y Rodríguez (1991), que plantean que la producción de huevos está determinada por el aporte energético de la ración y no por el incremento de proteína bruta.

Con respecto al trabajo realizado en condiciones de traspatio, hubo una disminución de 11 a 15% de la postura con los tratamientos experimentales con respecto al testigo (Tabla 3). Pero a pesar de que los resultados de la evaluación previa realizada señalaban que estas fibras vegetales eran menos digestibles que las usadas en el Experimento 1, se obtuvo un nivel de postura superior al 50 %, lo que en estas condiciones de crianza puede considerarse un buen resultado. Al parecer el tipo de fibra influye en los resultados, así como la proporción de Miel "B" absorbida (Figueroa y Rodríguez 1994).

Tabla 3: Comportamiento de gallinas ponedoras alimentadas con harinas de miel "B" en condiciones de traspatio
    Residuos Cachaza de  
  Testigo de frijol caña  
Huevos/ave/semana 5.60 3.75 3.80  
% Postura 80.00 69.10 65.10  
Consumo acumulado en 5        
semanas, (kg/ave) 3.55 3.10 3.32  
Consumo materias primas        
Convencionales 3.55 1.86 1.99  
Melharina   1.24 1.33  
Conversión total 1.29 1.65 1.75  
Conversión materias primas        
convencionales 1.29 0.99 1.05  

Por otro lado, la conversión total fue muy buena y cuando se calcula la conversión de las materias primas convencionales, se puede comprender que esta producción resulta muy barata. Esto se explica por el cuidado que la familia proporciona a sus aves, que además son un pequeño grupo de animales no sometidas al stress de las grandes concentraciones, altas densidades y exceso de ruidos, que caracteriza la producción industrial.

Los resultados demuestran que aún con dietas hipocalóricas se puede lograr una producción aceptable, con una mayor base de sostenibilidad por cuanto partimos principalmente de materias primas que se obtienen en nuestra área con cultivos de alto rendimiento como la caña de azúcar. Sobre esta base, una menor producción (15% de disminución de la postura) puede ser más racional en términos económicos (Tabla 4) que la importación de los componentes y su fluctuación en cantidad y calidad debido a desajustes del mercado, de precios, transportación y disponibilidad.

Como señalan Figueroa y Rodríguez (1994), para criadores pequeños y medianos, la producción de huevos con este alimento puede ser una alternativa perfectamente factible y económica. Para la producción a una escala superior es necesario trabajar en la infraestructura de apoyo para pasar a su elaboración industrial.

Tabla 4: Efecto económico de la inclusión de 40% de Harina de miel "B" en piensos para gallinas ponedoras.
    Melharina de  
  Pienso cogollo de caña 40%  
Costo pienso (US$/tonelada) 125.47 90.23  
Consumo (kg/ave/año) 36.50 39.10  
Consumo 10 ponedoras (kg) 365 391  
Costo Total Alimento (US$) 45.80 35.23  
Producción de Huevos 2542 2173  
Costo alimento/huevo (US$) 0.018 0.016  

 

References

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